En los paneles que colocan para la propaganda electoral, han pegado unos al lado de otros, los carteles de Izquierda Unida–Esquerra Unida y los de Bloc–Iniciativa–Verds. Yo ya lo sabía, pero no es lo mismo saberlo que verlo. Es verdaderamente doloroso ver como se dilapidan los votos de unos o de otros o de unos y de otros (que será lo más probable).
Además es muy penoso ver dos grupos de gente, defendiendo las mismas ideas, haciendo propaganda por formaciones distintas.
Era yo un joven más bien inconsciente e impetuoso, que todavía casi ni me afeitaba, y ya estaba junto a mis compañeras y compañeros luchando por las ideas políticas de la izquierda. De la Izquierda en la que creía. No me he perdido ni una campaña electoral. He trabajado más o menos, pero siempre he estado en las trincheras.
Ya llevo tiempo trastornado y pensativo sin saber qué camino tomar. Me alegré que en el PSPV nombraran cabeza de lista por Valencia a Mari Tere (perdón por las confianzas, pero como la veo tanto por la tele…), la verdad. Creí tener la solución a mi problema pensando que si votaba al PSPV-PSOE, se me quedaría la conciencia más o menos tranquila, pero pensando un poco llegué a la conclusión de que no es así.
Cuando reflexiono serenamente me doy cuenta de que no es lo que yo quiero. No me representan. No me identifico con ese partido. Y no es que tenga animadversión hacia dicha formación política, no. Al contrario. Salvo raras excepciones, todas y todos los representantes “socialistas” me caen bien.
Pero he llegado a la conclusión de que los sentimientos de simpatía o antipatía no son buenos consejeros en unas elecciones. He de votar con la cabeza. Y analizando racionalmente, me defraudan incluso cuando prometen. Me defraudan cuando se ponen al mismo nivel que la derecha en demasiados aspectos de la política, con tanta promesa electoral absurda, de feriante barato y de “y yo más”.
Es verdad que a veces pienso que lo que he de hacer es votar contra la derecha, por lo que lo más eficaz, sería votar al PSOE.
También es cierto que, visto desde las perspectiva del tiempo, este gobierno ha hecho alguna cosa, aunque tímidamente y de manera un tanto tibia. Aunque creo, sinceramente, que empujados por su flanco izquierdo y desde otros partidos.
¿Qué pasaría entonces si yo ayudase a que consiguieran la mayoría absoluta? ¿Qué pasaría si utilizasen esa mayoría de manera torticera y ruin, como ya hicieron en la última legislatura con Felipe González?
Joder, cuantas dudas…
Y si voto a cualquiera de los partidos que se presentan por su izquierda, ¿no estoy “tirando” mi voto a la basura? ¿No está ya perdido el escaño por Valencia?
¿Y si no voto? ¿No estoy renunciando a mi derecho y mi deber de intentar que las ideas de la izquierda se impongan democráticamente? No me lo perdonaría jamás. Pero, ¿qué hago? NECESITO AYUDA, POR FAVOR.
Tendría que haberme empadronado en Madrid o en Barcelona. Estaría salvado. Y mi conciencia también.