martes, 15 de enero de 2008

Polonia: Kroke - Time (2001)

He tenido que entrar para recomendarlos. KROKE. Ya los conocía hace tiempo, pero cada vez que los escucho,...no sé qué me pasa, pero entro en un estado hipnótico que hace que me vuelva judío, o árabe, o yo qué sé... Pero como yo escribo peor que él, pues aquí va esta crónica:
"Es demoledor, en esta época de música de plástico, músicos huecos y periodistas que se quedan cerca de cajeros automáticos porque han visto que hay una cámara, KROKE sale al escenario en cualquier parte de Europa y ofrece una sublime mezcla de creatividad, arte, artesanía y carisma escénico. Es tan demoledor que cuando empiezan a tocar te ves aplastado contra la pared como si fueses un sello y ahí permaneces dos horas, sello aplastado contra la pared de nuestras limitaciones a la hora de asimilar el caudal de creatividad. Y te dices “no es posible”, mientras sientes que esta siendo. Y te vuelves a decir “ya no quedaba de esto”, mientras los polacos despliegan ante ti el cóctel que los hace grandes, creativos, sencillos como E=Mc2, mientras Stanley, que eres tu, encuentra al perdido Livingston, que es la música.
La gran reserva de creatividad europea se ha desplazado hacia el este, Hungría, Polonia, Macedonia, Rumania, Grecia, Turquía. Un violinista, para ser bueno, tiene que competir con 20.000 otros violinistas. No han perdido el fundamental concepto de que sin tocar como virtuosos lo demás no es posible. Y sobre esa plataforma elaboran todo lo demás. Cuando ese virtuosismo se pone al servicio de una energía creativa exuberante, surgen grupos como Kroke. Ritmos que son pulsaciones, guiños a una cierta manera de entender la improvisación, líneas melódicas que harían llorar de emoción a Goya y a Beethoven, por poner ejemplos de genio malhumorado… Pero conquistado. Utilizando con economía ejemplar la tecnología mas avanzada, estos cuatro músicos de Cracovia ocupan el escenario como si fuesen doce o catorce. Si explotan rítmicamente, te darás cuenta cuando empiecen a dolerte las manos (“¿Estaba aplaudiendo?”) y si deciden “cantar”, recordarás el estremecimiento que te producía escuchar los vinilos de Pink Floyd de tu hermano mayor. Seria muy increíble lo que estoy contando… Si no fuese porque aun hay más. Kroke es un grupo en el que hay un músico que escapa a cualquier calificativo. Habrá que inventarse nuevos adjetivos para hablar de Tomasz Kukurba. Tiene firmado un pacto con los dioses. Cuando empieza a tocar, su cuerpo parece una marioneta de guiñol, agitado por una posesión que obligatoriamente le hace moverse espásticamente. Parece decirte “fijaos como me esta destrozando la música y que entero acabo”. Kukurba es un rayo láser que inmediatamente toma posesión del escenario y establece contacto con tu yo mas intimo. Te puede “matar” de diez formas distintas, depende de la noche, porque claro, hay que decirlo sencillamente, sin levantar la voz, sin alterarse mucho. Nunca repiten el mismo concierto. Nunca. Yo les he visto ocho veces y cada uno era el primero. Y el siguiente, el primero. Que disfrutéis, pero ya os anticipo que vais a tener un problema: Vais a empezar a buscar como locos donde les podéis ver otra vez. Ramón Trecet."

Por cierto, que "Kroke" significa "Cracovia" en yiddish
. Son una banda polaca de música que fusiona el klezmer con el jazz, con la música sefardí y con ritmos claramente judíos de la Europa del Este. La componen Tomasz Lato (contrabajo), Tomasz Kukurba (viola) y Jerzy Bawoł (acordeón), viejos amigos y graduados en la Academia de Música de Cracovia. En 2003 se les unió el percusionista Tomasz Grochot.
Para que podáis oír algo:


No hay comentarios: